El Fondo Monetario Internacional (FMI) no es conocido por su optimismo ilimitado, por lo que cuando publicó una perspectiva económica significativamente mejorada la semana pasada, fue una señal más de que la recuperación económica mundial se está acelerando. El FMI ahora prevé un crecimiento de + 6% en el PIB mundial este año, una mejora de 0,5% desde su actualización de enero.

¿Por qué la mejora repentina? En gran parte, se debe a las mejoras en el crecimiento esperado de EE. UU., donde el FMI ahora predice un aumento del + 6,4% en el PIB de EE. UU., una mejora importante en su pronóstico. Esto implica que la economía de EE. UU. superará sus niveles anteriores al Covid en 2021, una recuperación notablemente rápida de las profundidades de la recesión inducida por la pandemia en 2020. Otros aspectos destacados de la última actualización del FMI incluyen una mejora del 0,3% en el crecimiento estimado del PIB de China en 2021, tasa que ahora se prevé que experimente un crecimiento del + 8,4%.

Tan importante como las previsiones del PIB real en esta recuperación es la inflación. Recientemente, el aumento de las expectativas de inflación asustó a los mercados, y con razón. La inflación descontrolada sería un obstáculo importante para cualquier recuperación económica y podría tener implicaciones dramáticas para los mercados financieros. Pero la otra cara de eso es una inflación baja y estable junto con un fuerte crecimiento económico, lo que sería muy positivo para los mercados accionarios mundiales.

Este segundo resultado, mucho más optimista, es exactamente lo que el FMI espera que suceda ahora, al menos durante los próximos dos años. Y el FMI no es el único que predice un resultado “Ricitos de oro” de crecimiento positivo, tasas de interés bajas y una inflación baja y estable. Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, dijo la semana pasada en un comentario a los accionistas que cree que la economía de EE. UU. podría experimentar este resultado entre 2021 y 2023, con altas tasas de ahorro, un gran estímulo fiscal y una política monetaria de apoyo que se combinan para impulsar un auge posterior a la pandemia , junto con una inflación baja y controlada.

Los inversores, en nuestra opinión, deben permanecer cautelosamente optimistas. El impulso de la recuperación económica mundial se está acelerando, y la recuperación en “forma de V” que tantos esperaban es ahora el supuesto del caso base. Pero todavía no estamos fuera de peligro, particularmente con respecto a la trayectoria de la inflación y los efectos de segundo orden imprevistos de la pandemia. La fuerte recuperación económica podría seguir siendo un camino lleno de baches y las predicciones de una inflación baja y estable son prematuras. No obstante, la aparente fortaleza de la recuperación económica es una noticia muy positiva para los mercados de renta variable y debe ser bienvenida.

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