Al comienzo de su segundo mandato, el presidente de EE. UU., Donald Trump, ha comenzado a implementar nuevos aranceles sobre diversos productos, centrándose en cuestiones como la seguridad nacional y la dependencia de las importaciones. Estados Unidos es el mayor comprador de bienes y servicios del mundo, con un gasto de 4,1 billones de dólares solo en 2024, muy superior a los 2,6 billones de China. Por ello, cualquier cambio de política en el comercio estadounidense puede repercutir en la economía mundial.
Cuando se introducen aranceles, aumenta el precio de los productos importados. Esto puede hacer que los productos de fabricación local sean más atractivos, pero también puede aumentar los costos de las empresas que dependen de materiales extranjeros. Como resultado, las empresas pueden trasladar esos costos más elevados a los consumidores, lo que provoca inflación y una subida general de los precios.
Por ejemplo, los aranceles de Trump incluían un impuesto del 25 % sobre el acero y el aluminio importados. Esto encareció la fabricación de productos para las empresas estadounidenses que utilizan estos metales, como los fabricantes de automóviles o las empresas de construcción. El aumento de los costos puede reducir los beneficios de estas empresas, lo que puede provocar una bajada de las cotizaciones bursátiles y recortes de empleo.
Los inversores suelen reaccionar rápidamente a los grandes cambios económicos. El temor a una subida de precios debido a los aranceles provocó una venta masiva de bonos (préstamos que los gobiernos y las empresas emiten para recaudar dinero), ya que los inversores estaban preocupados por la inflación. Al mismo tiempo, el dólar estadounidense se fortaleció, mientras que las monedas de algunos países asiáticos, como India y Malasia, se debilitaron.
Esto demuestra cómo las políticas comerciales pueden afectar a los mercados financieros de todo el mundo. Los países que dependen en gran medida de la exportación de mercancías a Estados Unidos son especialmente vulnerables a los aranceles.
Aunque Trump habló inicialmente de aranceles extremos, como un arancel del 60 % sobre las importaciones chinas, las medidas finales no fueron tan agresivas. En cambio, los aranceles se dirigieron a industrias específicas y algunos aranceles previstos se retrasaron. Esto sugiere que, aunque las tensiones entre Estados Unidos y China siguen siendo altas, no se ha producido una ruptura total del comercio entre los dos países.
No todos los países salen perdiendo cuando se imponen aranceles. De hecho, algunas naciones pueden beneficiarse interviniendo para suministrar bienes que ahora son más difíciles de importar desde ciertos lugares.
Vietnam se ha convertido en un actor importante en el comercio mundial. Cuando Estados Unidos comenzó a imponer aranceles a China durante el primer mandato de Trump, Vietnam ganó cuota de mercado al aumentar sus exportaciones a Estados Unidos entre 2017 y 2023. No se trataba solo de que los productos chinos se desviaran a través de Vietnam, el país hizo un progreso real al mejorar sus capacidades de fabricación y sus conexiones comerciales.
Vietnam tiene sólidas relaciones comerciales con las principales economías, como Estados Unidos, China, Japón y la Unión Europea. También ha atraído inversión extranjera directa (IED), dinero invertido por empresas o particulares de otros países. Muchas marcas globales, como Samsung y Apple, aumentaron su presencia manufacturera en Vietnam debido a sus políticas favorables a las empresas y a su mano de obra cualificada.
Malasia y Singapur también se beneficiaron del cambio en la dinámica comercial. Malasia se ha centrado en el desarrollo de industrias de alta tecnología, como los semiconductores (un componente crítico en la electrónica) y los centros de datos. Mientras tanto, Singapur ha reforzado su papel como centro financiero y sede de empresas multinacionales. Los dos países incluso se unieron para crear una zona económica especial con el fin de impulsar la inversión y la creación de empleo en industrias estratégicas.
Como resultado, la ASEAN (un grupo de 10 naciones del sudeste asiático, entre las que se incluyen Vietnam, Malasia y Singapur) es ahora el mayor receptor de inversión extranjera en Asia.
Los aranceles de Trump remodelaron el comercio mundial, creando ganadores y perdedores. Aunque han aumentado la incertidumbre y provocado fluctuaciones en el mercado a corto plazo, también han abierto las puertas a economías emergentes como Vietnam, Malasia y la India para que adquieran un papel más importante en el comercio mundial.
Para los inversores minoristas, esto significa que hay oportunidades para invertir en empresas y regiones que se están beneficiando de estos cambios. Sin embargo, es esencial mantenerse informado sobre los cambios de política y las tendencias económicas. Diversificar su cartera, invertir en diferentes industrias y países, puede ayudar a gestionar los riesgos y aprovechar las nuevas áreas de crecimiento.
Si bien las guerras comerciales y los aranceles pueden parecer problemas globales complejos, tienen un impacto real en las inversiones. Comprender estos cambios puede ayudar a los inversores particulares a tomar decisiones más inteligentes en un panorama económico que cambia rápidamente.
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