En un año dominado por la incertidumbre hasta ahora, con la geopolítica, las tensiones comerciales y la imprevisibilidad de las tasas de interés afectando los mercados, es fácil seguir centrándose en los riesgos. ¡Pero también las sorpresas positivas son posibles!
La posibilidad de aranceles más altos en una segunda administración de Trump está afectando hoy la confianza en las acciones estadounidenses. Pero las presiones políticas y económicas podrían empujarlo hacia un enfoque más moderado. Si bien los mercados financieros han reaccionado con nerviosismo a las conversaciones proteccionistas, lo que realmente mueve la aguja para los votantes, especialmente los de tendencia republicana, es la confianza del consumidor. Y eso ha comenzado a debilitarse a medida que las expectativas de inflación futura aumentan.
Si los nuevos aranceles a las importaciones empiezan a afectar los presupuestos familiares, la consiguiente frustración pública podría llevar a los legisladores republicanos o a la propia Casa Blanca a revisar el plan. Después de todo, los consumidores estadounidenses todavía se están adaptando a una fuerte subida de los precios desde la pandemia, y el apetito por nuevos aumentos de costos puede ser limitado.
Trump tiene un historial de modificar sus posturas comerciales, retrasar medidas, suavizar el impacto o hacer exenciones selectivas. Incluso un cambio parcial en la retórica o los plazos podría aliviar las preocupaciones de los inversores y elevar ligeramente las previsiones de crecimiento mundial al reducir el lastre esperado de las tensiones comerciales. Es muy posible que veamos aranceles más suaves de lo esperado a finales de este año, y eso supondría un gran impulso para el actual sentimiento de debilidad.
Pasando a Europa, ¿hay potencial alcista aquí? Las economías europeas, especialmente Alemania, ya están en el punto de mira debido al aumento de la inversión pública y de los presupuestos de defensa. Pero hay razones para creer que el crecimiento podría sorprender aún más al alza.
Los mercados de valores en Europa han tenido un buen desempeño en 2025, y los acontecimientos geopolíticos, incluidas las amenazas a la OTAN y los aranceles de EE. UU., han provocado una sensación de urgencia en todo el continente. Esto puede reforzar la confianza entre las empresas y los hogares, impulsando la actividad económica real.
Los consumidores de la zona euro también tienen todavía margen para gastar, ya que las tasas de ahorro de los hogares se mantienen muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia. Un cambio moderado en la confianza podría desbloquear este capital, apoyando la demanda interna. Mientras tanto, el aumento de los precios de los activos y la mayor entrada de capital podrían animar a las empresas a seguir adelante con proyectos que antes estaban paralizados.
El gasto en defensa también es una variable importante aquí para Europa. Una estimación reciente de Goldman Sachs sugiere que alinearse con el ritmo de inversión militar de Rusia podría significar más de €160.000 millones en gasto anual en Europa. Si los países se centran en la investigación y el desarrollo en lugar de en la importación de equipos, los efectos positivos sobre el crecimiento podrían ser mayores de lo esperado y también más sostenidos.
En la esfera geopolítica también hay razones para ser optimistas. Un alto el fuego en Ucrania podría suponer un gran impulso para la confianza económica. Si, como resultado, bajan los precios del gas y mejora el apetito de riesgo, el PIB de la zona euro podría aumentar un 0,5 % anualizado, según algunas proyecciones.
Asia también ofrece fuentes de crecimiento por encima de las expectativas actuales. Los inversores han sido cautelosos con China desde hace algún tiempo, pero el país todavía tiene potencial para dar sorpresas positivas y estas repercutirían en la economía mundial.
La confianza en el sector privado parece estar mejorando en China ahora. Las señales de una renovada colaboración entre el gobierno chino y los líderes empresariales, junto con los programas de estímulo y el progreso en el sector tecnológico, como el salto adelante dado por la empresa de inteligencia artificial DeepSeek, son alentadores. La inversión extranjera en acciones chinas también está aumentando.
Y no olvidemos la tecnología. La inteligencia artificial podría empezar a marcar pronto una diferencia significativa en la rentabilidad y la productividad del sector privado. Si la adopción se acelera, podría seguir estimulando más inversiones en infraestructuras, especialmente en centros de datos y servicios digitales.
Estos escenarios dependen de una serie de variables, como las decisiones políticas, la evolución geopolítica y los cambios de opinión, todas ellas difíciles de predecir. Pero pensar en cómo las cosas podrían salir mejor de lo esperado es un ejercicio que vale la pena, especialmente en un panorama en el que los relatos económicos están en constante evolución.
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