A mucha gente le preocupa la posibilidad de una burbuja bursátil. Una burbuja se produce cuando el precio de algo, como las acciones, las casas o incluso los tulipanes, sube tanto que deja de tener sentido. Al final, los precios se desploman, dejando a los inversores con enormes pérdidas. Si ha oído hablar de grandes crisis financieras, como la de las puntocom a finales de los noventa, sabrá lo perjudiciales que pueden ser las burbujas.

Una burbuja no consiste solo en que los precios sean altos, sino en un pensamiento irracional. Imagínese que oye hablar de un grupo de acciones que entusiasma a todo el mundo. La gente cree que estas empresas son tan asombrosas que están dispuestos a pagar cualquier precio por poseer una parte de ellas. Temen perderse algo, y el frenesí hace que los precios suban más y más. Este comportamiento emocional, no basado en hechos, es lo que crea una burbuja.

Una señal clave de una burbuja es cuando la gente dice cosas como: «Esta vez es diferente», lo que significa que creen que las reglas de la inversión ya no se aplican. Esta frase ha aparecido en todas las burbujas de la historia, desde la manía holandesa de los tulipanes en el siglo XVII hasta la locura por las acciones de Internet en la década de 1990.

En la actualidad, un pequeño grupo de empresas, apodadas los «7 magníficos», domina el mercado bursátil estadounidense. Se trata de grandes empresas tecnológicas, como las que trabajan en inteligencia artificial (IA). Han sido responsables de la mayor parte de las ganancias del mercado bursátil en los últimos años.

Algunas personas se preguntan si los precios de las acciones de estas empresas están en una burbuja. Para entenderlo, veamos cómo se forman las burbujas y a qué señales hay que estar atentos.

Las burbujas suelen implicar algo nuevo y emocionante, algo que la gente no acaba de entender.

Cuando se introdujeron los tulipanes en Holanda, se consideraron exóticos y hermosos. La gente pagaba precios exorbitantes por ellos, creyendo que no tenían precio. Con el tiempo, la burbuja estalló y los precios de los tulipanes se desplomaron.

Internet fue revolucionario y los inversores creyeron que cambiaría el mundo (y así fue). Pero durante el boom de las puntocom, la gente invirtió en empresas de Internet sin saber si tendrían éxito. Muchas empresas de Internet acabaron fracasando y sus acciones perdieron todo su valor.

Las nuevas innovaciones crean expectación, pero también dificultan la determinación de un precio justo. Si algo no ha existido nunca, ¿cómo se decide su valor? Esta incertidumbre puede llevar a fijar precios demasiado optimistas.

Para saber si los precios de las acciones son demasiado altos, empecemos por lo básico. Cuando se compran acciones, se adquiere una pequeña parte de una empresa. A cambio, tiene derecho a una parte de los beneficios de esa empresa, ahora y en el futuro.

Los precios de las acciones se miden a menudo mediante la relación precio-beneficios (PER). Esta relación indica cuánto se paga por cada dólar de beneficios de la empresa. Por ejemplo, si una empresa tiene un PER de 20, usted está pagando USD 20 por cada dólar de sus beneficios.

Si el PER es mucho más alto de lo habitual, puede significar que los inversores esperan que la empresa crezca rápidamente. Pero si el precio es demasiado alto, puede llevar a la decepción si la empresa no crece como se esperaba.

Durante las burbujas, los inversores suelen suponer que las nuevas empresas seguirán creciendo para siempre. No tienen en cuenta los riesgos, como la competencia o las nuevas tecnologías que podrían perturbar el mercado.

Por ejemplo, en los años 90, los inversores creían que el comercio electrónico (compras por Internet) cambiaría el mundo. Así fue, pero la mayoría de las empresas de Internet de la época fracasaron. Solo unas pocas, como Amazon, sobrevivieron y prosperaron.

Las principales empresas tecnológicas de hoy tienen ventajas increíbles, como tecnología de punta y escala mundial. Pero la historia demuestra que incluso las empresas más grandes pueden enfrentarse a desafíos. En el vertiginoso mundo de la tecnología, el riesgo de ser interrumpido por nuevas tecnologías siempre existe.

El mercado bursátil estadounidense se ha comportado increíblemente bien en los últimos tiempos. En 2023, el S&P 500 (índice de las 500 mayores empresas) subió un 24,2%, y en 2024 subió otro 23,3%. No es habitual que dos años seguidos se registren subidas tan importantes.

Ahora, la gente se pregunta: ¿Y ahora qué? ¿Están los precios de las acciones demasiado altos?

El PER actual del S&P 500 es de 23,6 puntos. Es superior a la media, pero no ridículamente alto. Sugiere que las acciones están caras, pero no en plena burbuja.
Durante las burbujas pasadas, la gente decía cosas como: «no hay precio demasiado alto para estas acciones». Ese nivel de entusiasmo no está tan extendido hoy en día, lo que significa que no estamos en una burbuja. Las valuaciones son elevadas, lo que significa que los inversores deben tener discernimiento sobre dónde asignar el capital, pero estamos lejos de estar en territorio de burbuja.

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