La necesidad mundial de invertir en la descarbonización es evidente. Las emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero procedentes de la civilización humana están calentando el clima mundial y es necesario un esfuerzo masivo para descarbonizar las cadenas de suministro y nuestros sistemas energéticos.

Los gobiernos de muchos países están planeando o ya están aplicando importantes paquetes de apoyo fiscal para acelerar este proceso, con grandes subvenciones y paquetes de gastos destinados a aumentar las fuentes de energía bajas en carbono o sin carbono, los vehículos eléctricos, y a fomentar procesos más respetuosos con el medio ambiente en toda una serie de industrias.

Las empresas que dispongan de tecnologías y ofrezcan productos y servicios que puedan contribuir a este proceso se beneficiarán de este gasto durante muchos años. Este es un lugar obvio para que los inversores busquen oportunidades de inversión a largo plazo. Si podemos comprar hoy a los beneficiarios del gasto en mitigación del cambio climático, podremos beneficiarnos de muchos años de crecimiento de ingresos y beneficios y ver crecer el rendimiento de nuestras inversiones.

Esta es la idea en la práctica, pero en realidad es mucho más complicado.

Un buen ejemplo es la industria eólica. La energía eólica es una fuente de energía renovable y ecológica. En Asia, Europa y Norteamérica se han construido grandes parques eólicos terrestres y marinos, y ya es una industria consolidada. Además, las previsiones de la industria y la investigación energética indican que necesitaremos multiplicar por 10 los planes de construcción de energía eólica para cumplir los requisitos de descarbonización de los sistemas energéticos en la próxima década. Mientras tanto, las subvenciones públicas apoyan a la industria y muchos inversores de diferentes sectores han estado invirtiendo dinero en este sector.

A pesar de todo, en los dos últimos años el sector se ha visto afectado por sobrecostos, proyectos cancelados y retrasos en la conexión de parques eólicos, que en algunos casos han durado años.

La subida de las tasas de interés y la inflación de los costos de los insumos han presionado los márgenes de los proveedores de turbinas y los operadores de parques eólicos, que ya eran bajos. Los cuellos de botella en las cadenas de suministro y los contratos de suministro mal estructurados entre proveedores y operadores siguen lastrando el sector. Estos problemas se resolverán con el tiempo y las empresas del sector se estabilizarán con márgenes de beneficio maduros, pero mientras tanto, será un viaje volátil para los inversores del sector.

La industria solar ya ha sufrido oscilaciones similares en el pasado, al igual que el sector del automóvil eléctrico desde 2021, con muchas empresas de vehículos eléctricos que antes cotizaban al alza y sufrieron importantes caídas en el precio de sus acciones.

La lección aquí para los inversores es que invertir en una tendencia estructural a largo plazo como la mitigación del cambio climático requiere tres cosas para tener éxito: (i) centrarse en los detalles, (ii) paciencia y (iii) voluntad de romper con el consenso.

No basta con invertir ciegamente en energías renovables, por ejemplo, debido al probable crecimiento del tamaño del sector. Debemos comprender la economía de cada producto y la dinámica del sector, y tener una visión de cómo se desarrollará a largo plazo. En el caso de la energía eólica marina, creemos que será una industria que experimentará un fuerte crecimiento y éxito para algunos proveedores específicos, pero pasarán años antes de que veamos estabilidad en la industria a medida que se adapta a los vientos en contra a los que se enfrenta actualmente. Invertir hoy en este sector exige inversores dispuestos a aguantar muchos años.

Al mismo tiempo, los inversores, tanto institucionales como minoristas, se han perdido grandes beneficios en la cadena de suministro de energía nuclear en los últimos dos años por miedo a romper con el consenso. A pesar de las sólidas credenciales ecológicas de la energía nuclear y de la creciente aceptación en todo el mundo de que la mitigación del cambio climático requerirá una gran construcción de nuevas centrales nucleares, la comunidad inversora la ha rechazado en gran medida en los últimos años, centrándose en cambio en invertir en vehículos eléctricos y energías renovables, que han obtenido malos resultados desde 2021.

Creemos que la combinación de un enfoque centrado en los detalles, la paciencia para poseer inversiones en la mitigación del cambio climático a largo plazo y la voluntad de contar con empresas que ofrecen soluciones que funcionarán, (a pesar del sentimiento hacia ellas), son una sólida combinación para invertir con éxito en esta importante tendencia estructural.

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